top of page

Nunca te alejes de mi.

- ¿Acaso piensas que puedes conmigo? - Reía amargamente mirando a su oponente ahí parado, impasible - No vales nada, porque nada eres, nunca lo fuiste. Siempre has creído tener el poder en tu mano, cuando no era así - Plantando las manos en las caderas, afianzando su postura, su pose para remarcar la seguridad en sí misma.

 

 

- Entonces, debo suponer que en todo éste tiempo, me has estado mintiendo. En todo éste tiempo que hemos caminado juntos de la mano como amigos, cuando más he confiado en ti logrando que saliera de mi pozo sin fondo, eran todo mentiras, ¿no es eso? - Con las manos pegadas a ambos lados del cuerpo cerrándolas en un puño, impotente sin poder creerse lo que estaba escuchando. Ver la posición de ella tan altanera, con esa fuerza que nunca había visto.

 

- ¿Quién ha necesitado a quién? Dímelo. Quién era el que acudía al otro, buscando ese consuelo que tú mismo tenías en las manos y que no te daba la gana de usar, siempre apoyándote en mi. ¿Qué podía hacer? ¿Hundirte un poco más en esa miseria en la que te estabas consumiento? - Separando la diestra de la cadera alzándola al aire indicándole así que aún no hablara, ella no había terminado aún - ¿Importa acaso ahora si he mentido o no?. Ahora, eres fuerte, sientes la seguridad que hacía demasiado perdiste, no me necesitas, quiero marcharme, ¿cómo tengo que explicártelo? - Terminando por girarse sobre sus pies, comenzando a caminar deseando alejarse cuanto antes mejor de su presencia, aguantando las lágrimas pugnando por salir, declararla una mentirosa, una rastrera por hablarlo de ese modo.

 

Él, parado mirándola sin comprender el porque hacía aquello. Dolido sin poder terminar de creerse que en todo ese tiempo le hubiera mentido. No, ella no podía ser así, no podían haber pasado años siendo su pilar, lo único que necesitaba día a día para despertarse. Sintiendo los pies ansiando echar a caminar tras ella, sus manos, abriéndose y cerrándose queriendo agarrarla, volverla para enfrentar sus rostros, con esa necesidad imposible de explicar naciendo en su pecho de chillarla, pero al mismo tiempo, abrazarla, sellar sus labios para que no siguieran haciéndolo daño, ese daño que no cesaba de crecer a pasos agigantados en su alma viéndola alejarse. Cuando quiso darse cuenta, sus pies estaban moviéndose, desplazándolo en contra de su voluntad o quizás haciendo caso a ésta hacia ella, hacia la persona que había ocupado su vida y no sólo porque hubiera sido capaz de sacarlo con esfuerzo de sus pozos oscuros, también porque la necesitaba, no podía estar sin su voz, sin sus sonrisas - La quiero - Cientos, miles de veces le había dicho eso mismo, que la quería con el corazón en la mano, con una sinceridad que nunca había sido capaz de mostrar por miedo a rechazo. Sin embargo con ella.. todo era diferente, todo era más sencillo.

 

- Nunca me había sentido más libre que estando contigo - Gritó para que ella frenara sus pasos, lográndolo, pero no que se girase para mirarlo, sólo permaneciendo ahí parada, apenas girando un poco el rostro. Le encantaría ver sus expresiones, ese modo de fruncir los labios o esa deliciosa manera de morderse el labio inferior. Era momento de hablar - No creo una sola palabra, sé que en todo éste tiempo, es imposible que siempre hayas estado mintiendo. Quiero saber porque te alejas de mi, porque huyes - Dando un par de pasos hacia ella, frenando de inmediato cuando la viera girarse despacio queriendo encontrar su mirada y al hacerlo, darse cuenta de esa pequeña sacudida de hombros al recorrer un escalofrío su espina dorsal. Dios, adoraba incluso eso en ella.Permanecería callada mirándolo, observando cada uno de sus rasgos, esa barba de días que siempre tenía sabiendo que a ella le encantaba. Pensando si hablar, decirle la verdad o callársela para siempre.

 

 - Ha llegado a doler, ¿sabes?. Quiero estar contigo, sin embargo, necesito escapar. Existe una delgadísima línea entre el quererte como amigo a quererte a mi lado cómo algo más. Yo, he traspasado esa línea hace mucho tiempo. Todos esos días que necesitaba tantos abrazos, todos esos días acurrucada a ti cuando veíamos películas charlando, escuchando que tal chica te gustaba, si la otra te hacía tilín, dolía, dolía horrores. Tengo que alejarme, y me duele, pero lo necesito.. no sé cuanto tiempo más podría soportarlo.

 

El tiempo se ha parado para él cuando estaba escuchándola, queriendo prestar atención a cada una de sus palabras. ¿Había entendido mal? ¿Se estaba alejando de él porque lo quería de otro modo?. Dando un paso hacia ella, uno más teniendo que parar porque ella retrocedía escapando de él como la peste. Basta, no podía, no consentiría que se marchara. Aproximándose con paso seguro a pesar de su lejanía, la terminó rodeando con los brazos cruzandolos en la espalda, sintiendo los golpes de sus manos contra el pecho, empujarlo deseando alejarlo hasta rendirse rompiendo a llorar, abrazándolo ella con el rostro hundido bajo su cuello - Márchate de mi lado y partirás mi alma en dos, llevándote uno de los pedazos, cómo también mi corazón, mi vida por completo. Quizás ha sido culpa mía que no supe interpretar tus señales, o puede que tú no supieras interpretar las mías, no lo sé, ojalá pudiera decirlo, pero no, no puedo. Quédate, por favor, déjame cuidarte ahora, permíteme amarte.. 

 

 

¿Por qué callamos cuando amamos a alguien? ¿Por miedo a perderlo? Sí, posiblemente sea por eso..

 

http://www.youtube.com/watch?v=RG5LB7V5e5w&feature=player_embedded

 

bottom of page